sábado, 21 de enero de 2012

ADIVINA CUÁNTO TE QUIERO


Título: Adivina cuánto te quiero
Autores: Sam McBratney, Esther Roehrich-Rubio, Teresa Mlawer
Traducido por: Esther Roehrich-Rubio, Teresa Mlawer
Ilustrado por: Anita Jeram
Edición: 3, ilustrada
Editor: KóKinos, 2001
ISBN: 8488342152, 9788488342157
32 páginas


Era la hora de dormir, la liebre de color avellana se agarraba fuertemente a las orejas de la gran liebre color avellana.

Quería estar segura de que la liebre grande la escuchaba.
-          Adivina cuánto te quiero”, le dijo.
-          “¡Uf! No creo que pueda adivinarlo”, contestó la liebre grande.
-          “¡Así!”, dijo la liebre pequeña abriendo los brazos todo lo que podía.

La gran liebre color avellana tenía los brazos aún más largos:
-          “Pues yo te quiero así”, le respondió.
-          “¡Umm…cuánto!”, pensó la liebre pequeña.

-          “Yo te quiero hasta aquí arriba”, añadió la liebre pequeña.
-          “Y yo te quiero hasta aquí arriba”, contestó la liebre grande.
-          “¡Qué alto…!  ¡Ojalá yo tuviese brazos tan largos!”, pensó la liebre pequeña.

Entonces tuvo una idea: se puso boca abajo apoyando las patas sobre el tronco de un árbol.

-          “Te quiero hasta la punta de mis pies”, dijo. 
-          “Y yo te quiero hasta la punta de tus pies”, dijo la liebre grande color de avellana alzándola por encima de su cabeza.

-          “Te quiero todo lo alto que pueda saltar”, se reía la liebre pequeña dando brincos arriba y abajo.
-          “Pues yo te quiero todo lo alto que pueda saltar”, sonrió la gran liebre. Y dio tal brinco que sus orejas rozaron las ramas de un árbol.
-          “¡Qué salto!”, pensó la liebre pequeña. “¡Cómo me gustaría saltar así!”.

-          “¡Te quiero de aquí hasta el final de aquel camino, hasta aquel río a lo lejos!”, gritó la pequeña liebre.
-          “Yo te quiero más allá del río y de las lejanas colinas”, dijo la liebre grande.
-          “¡Qué lejos!”, pensó la liebre pequeña color de avellana. Tenía tanto sueño que no podía pensar más.
Entonces miró por encima de los arbustos, hacia la enorme oscuridad de la noche. Nada podía estar más lejos que el cielo.
-          “Te quiero de aquí a la LUNA”, dijo, y cerró los ojos.
-          “Eso está muy lejos”, dijo la liebre grande. “Eso está lejísimos”.

La gran liebre color de avellana acostó a la liebre pequeña en una cama de hojas. Se quedó a su lado y le dio un beso de buenas noches.

Luego se acercó aun más y le susurró con una sonrisa: “Yo te quiero de aquí a la luna… Y VUELTA”.

ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO, PODÉIS VER LAS IMÁGENES PINCHANDO SOBRE EL TÍTULO DEL CUENTO. ADEMÁS SI QUERÉIS CONTARLO A VUESTROS HIJOS POR LAS NOCHES O A VUESTROS ALUMNOS, TAMBIÉN PODÉIS ACERCAROS A UNA LIBRERÍA O UNA BIBLIOTECA Y ADQUIRIRLO.

¡QUÉ NO OS DE VERGÜENZA MOSTRAR LOS SENTIMIENTOS!

¡ CUÉNTAME UN CUENTO!



DARÍO Y LA NIEVE

Darío miró con tristeza los copos de nieve cayendo al otro lado de la ventana. Era la primera vez que veía nevar así en su ciudad. Pero en vez de estar ahí afuera disfrutando con sus amigos, Darío estaba con su pijama verde de cuadros metido en la cama.
38 de fiebre, había marcado sin piedad el termómetro, condenando a Darío a quedarse encerrado en casa.
- Pero yo no quiero, no quiero… Si además… no me encuentro tan mal – había tratado de convencer a Mamá.
- Pero si no has parado de toser en toda la noche. Además estás ardiendo. Ya volverá a nevar…
Pero Darío sabía que en su ciudad de mar no nevaba nunca y que si lo hacía, jamás sería como aquel día. Nunca había visto las palmeras del parque frente a su casa cubiertas de un manto blanco, ni los coches sepultados por la nieve, ni los tejados como en una postal navideña. Eso solo pasaba una vez cada tropecientos años, decían los meteorólogos en las noticias.
- ¿Cuántos años tendré yo dentro de tropecientos? Seguro que tantos que ya no me divertirá salir a hacer un muñeco de nieve, ni tirarme bolas. No es justo.
Pero Mamá no atendía a razones. Hacía mucho frío fuera y Darío estaba enfermo: debía quedarse en la cama todo el día. Sin salir, sin nieve. Viendo caer ese polvo blanco en el lado incorrecto del cristal.
- Me escaparé – pensó Darío mientras la fiebre cerraba sus ojos.
Lo cierto es que Mamá tenía razón: estaba enfermo. Se sentía muy débil. Tenía escalofríos y sus huesos parecían tan pesados y densos que no tenía fuerzas para levantarlos. Seguro que cuando se pusiera bien toda aquella nieve se habría marchado. ¿A dónde iría la nieve de las ciudades una vez que desaparecía?
En eso estaba pensando Darío cuando un ruido le sacó de su duermevela. Alguien había estampado, como si de un proyectil se tratara, una blanca bola de nieve sobre su ventana. Darío la abrió con curiosidad, preguntándose si sería alguno de sus amigos, pero lo que vio allí fue una bola de nieve, redonda y grande que flotaba sobre el aire.
- Daríoooooooooooo, con el día que hace y tú en la cama.
El pequeño se tocó la frente, convencido de que debía haberle subido la fiebre. Estaba viendo una bola de nieve que hablaba. Eso era rarísimo. Aunque bien pensado, Darío nunca había visto nevar. Tal vez las bolas de nieve hablaban siempre, porque al fin y al cabo, ahí estaba aquella llamándolo por su nombre.
- Pero, pero… estoy enfermo, no puedo salir a la nieve. Hace frío y…
– Bah, eso son tonterías. No puedes salir a la calle, pero puedes venir conmigo.
- ¿Contigo? Eso tienes que explicármelo…
– Donde yo voy a llevarte no se siente el frío y además ¿no acabas de preguntarte qué pasa con la nieve cuando desaparece? Si vienes conmigo yo te lo enseñaré…
Darío, muy asombrado tomó a la bola de nieve en su mano y observó como se hacía más y más grande, tanto que acabó por absorberlo. Todo comenzó a dar vueltas y Darío supo que estaba volando dentro de la bola de nieve. Sin embargo, tal y como le había advertido la bola, allí no hacía frío, sino un calor suave que hizo sonrojar sus mejillas.
Cuando empezaba a sentirse un poco mareado, la bola se detuvo y fue haciéndose más y más pequeña hasta que Darío volvió a estar fuera de ella. Pero a su alrededor ya no estaba su habitación, ni el parque de frente de su casa.
- ¿Qué es todo esto?
– Es el lugar a dónde va la nieve cuando desaparece. Aquí estamos todos: copos, bolas, muñecos de nieve, carámbanos de los tejados, placas de hielo. Hasta la nieve de la carretera que se ensucia cuando pasan los coches viene a descansar aquí.
Darío comprobó con asombro que la bola de nieve tenía razón. Aquel lugar estaba repleto de muñecos de todos los tamaños y formas. También había copos revoloteando por el cielo y bolas que salían disparadas de un lado para otro.
- ¿Y qué hacéis aquí exactamente?
– Esperar a que llegue el invierno y tengamos que desplazarnos hasta una u otra ciudad. ¿Pero has venido a hacer preguntas o a jugar con la nieve?
Darío estuvo jugando con los muñecos de nieve toda la mañana, lanzándose bolas con unos y otros, tirándose en trineo. A la hora de comer estaba tan cansado y tenía tanta hambre que pidió a la bola de nieve volver a casa.
- ¿Cómo haré para regresar aquí siempre que quiera? – preguntó Darío.
– Es fácil. Pregunta a tu imaginación, seguro que ella tiene la respuesta.
Al momento Darío estaba de nuevo en su cama y en el parque hacía horas que había salido el sol. La nieve iba poco a poco desapareciendo pero a Darío no le importó.
Sabía dónde encontrarla.
FIN

Este es un cuento corto muy bonito, especial para niños que están malitos o costipados y no pueden salir de la cama en estos días de frío. Espero que os guste y que lo disfrutéis. 

Si queréis ver más cuentos entrar en http://www.cuentoalavista.com/ de dónde sacado éste precioso relato


martes, 10 de enero de 2012

L'ANY TIRURANY


Bonmatí, Ricard (2007). L'any tirurany. Barcelona: Edicions Cadí (Col-lecció “Muntanya encadenada”), 93 pàgines.

L'any tirurany és un llibre de poesia dirigit a xiquets de més de 8 anys. Està dividit en les estacions de l'any (primavera, estiu, hivern i tardor), i de cada estació hi ha una poesia. Dins de cadascun dels apartats que forma aquesta divisió per estacions, trobem poesies per a cada festa que hi ha al llarg de tot l'any, com poden ser carnestoltes, nadal, tots sants, fogueres de Sant Joan o Sant Jordi. Les poesies del llibre seguixen un eix, comencen per l'hivern i finalitzen per la tardor, passant per la primavera i l'estiu, per tant, també les poesies de les festes estan en ordre.
En quant a les il·lustracions del llibre, cada poesia té com a mínim un dibuix a color que ajuda al públic al que va adreçada la publicació. Cada dibuix que trobem en les poesies extrau el contingut d'aquestes, la qual cosa facilita la comprensió de la poesia. Són molt cridaneres i divertides pel que atrauen l'atenció del jove lector, a més de facilitar-li la comprensió de la poesía.
La lletra que trobem al llibre es prou gran dons no en exageració, seguixen l'estructura de la poesia, per la qual cosa els versos no són molt llargs i els paràgrafs estan molt separats. El títol de cada poesia es troba al principi de cada una i amb lletra més gran que la resta i en negreta, el que produeix que es fixe l'atenció en un principi. A més, aquestos aporten molta informació sobre la poesia i permet al lector conèixer abans de llegir la temàtica de la poesia.


La poesia és un gènere difícil ja que utilitza molts recursos com poden ser les metàfores que necessiten de l'abstracció. Aquesta capacitat s'ha d'aconseguir i en xiquets massa xicotets no es gens fàcil, per aquest motiu les il·lustracions fan un bon paper dins dels llibres de poesia per a xiquets, ja que ajuden a aquesta abstracció. Així mateix, moltes paraules són difícils de comprendre, ja que els escriptors les utilitzen per consolidar la mètrica i fer la poesia dolça i bonica. Però no tot es dificultat, ja que també afavorix la memorització, l'estil és rítmic i la facilita.
No només es poden utilitzar les poesies amb xiquets que saben llegir, si no poden llegir-les, els adults el que hem de fer és tractar mitjançant jocs que els xiquets aprenguen aquestes poesies, una bona manera és aprofitar les festivitats i les estacions de l'any. La memorització és un exercici molt bo per a els xiquets i per al seu futur com estudiants. Els pares, els iaios i fins i tot els mestres podem utilitzar aquest llibre per jugar amb els xiquets, fer que s'apropen a la lectura d'un mode atractiu.
De fet no només desenvolupa el gust per la lectura, sinó també el sentit del ritme, la musicalitat de les paraules, i el més important és que potencia la fantasia i la creativitat. Aquest ultim punt és molt important perque es el principi del desenvolupament de la capacitat d'abstracció, molt important per a la vida dels éssers humans.
En darrere terme, L'any tirurany és un llibre atractiu per als xiquets, tant perls dibuixos tan atractius que poseix com per la facilitat i la bellesa dels seus poemes. L'autor aprofita que als xiquets els agrada molt memoritzar cançonetes, poesies i retailes atractives per establir una poesia per a cada moment destacat de l'any. Mitjançant la fluidessa dels poemes, la seua musicalitat i l'atractiu de les il-lustracions, fan del llibre un instrument molt atractiva, positiva i valuosa per introduir al xiquet en el món de les lletres i la lectura.